Por: Leandro Guzmán
El león está suelto, pero no ruge. Parece como si de repente se hubiera quedado mudo, aunque todo el mundo sabe que no es así. En una ocasión, a Balaguer le hicieron una pregunta “capicúa”, y respondió: “Estoy ciego, sordo y mudo”.
Pero sucede que el doctor Leonel Fernández no es Balaguer, y goza de sus facultades visuales, auditivas y vocales.
Su casi nula aparición en los medios de comunicación es una estrategia política, cuyo fin es contrarrestar con el silencio los cuestionamientos que se hacen a su gestión de gobierno, especialmente el del último cuatrienio 2008-2012, que dejó un déficit fiscal abrumador, que según algunos economistas supera los 200 mil millones de pesos, gastados en la pasada campaña electoral.
Ese silencio de Leonel también tiene como beneficiario al propio licenciado Medina, a quien opacaría si se propusiera estar todos los días “bajo el foco de las cámaras”. Medina será muy buen estratega político, pero no tiene el poder carismático capaz de convencer y hacer llorar a un banquero judío, sin que esto se interprete como algo peyorativo contra los israelíes.
El silencio de Leonel parece haber contagiado a su esposa, doña Margarita, vicepresidenta de la República. No obstante gozar de tan privilegiado cargo, doña Margarita Cedeño de Fernández casi no figura en los medios. Otra estrategia política: se trata de no opacar la gestión de la Primera Dama, doña Candy de Medina, que sí “figurea” como lo hizo en sus buenos tiempos doña Margarita cuando desempeñaba ese cargo protocolar.
Hay silencios que son buenos, provechosos y hasta saludables políticamente. Leonel sabe que por el momento le conviene estar más que alejado de la publicidad, pero de lo que se puede estar seguro es que más temprano que tarde volverá al ruedo, con el característico rugido de un león que sabe dónde está el peligro.
Otra razón para estar callado está relacionada con la situación de cuestionamientos que enfrenta su íntimo amigo, el senador Félix Bautista, enfrentado ahora en pleitos judiciales con intelectuales y periodistas, tanto en el país como en el exterior. Leonel prefiere que los dardos se dirijan a Bautista y no a él como aspirante nuevamente a la Presidencia.
Los dirigentes del PLD que aspiran a la Presidencia, a lo que tienen legítimo derecho, podrían ayudar mejor al silencioso ex Presidente, antes que hacer política sin antes haber renunciado a sus cargos. Total, hasta el más lego político sabe que esos aspirantes finalmente, a la hora de la verdad, apoyarán a Leonel., por ser el líder del Partido. Cuando eso suceda, el león seguramente rugirá de nuevo
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