Un destructor estadounidense capaz de interceptar misiles fue
trasladado el lunes a una posición cercana a la península coreana.
Es
el más reciente movimiento militar de Estados Unidos para contrarrestar las
amenazas que Corea del Norte lanzó en días recientes.
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La
semana pasada, el líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó que unidades de cohetes
fuesen alistadas para un posible ataque a las bases militares estadounidenses
ubicadas en Corea del Sur y el Pacífico.
Desde
entonces, la retórica a ambos lados de la frontera ha escalado
considerablemente.
La
prueba misilística realizada por Corea del Norte en diciembre demostró que
tienen la capacidad de lanzar un misil intercontinental capaz de alcanzar Alaska
o Hawai, aún cuando no hay evidencia de que ese tipo de misiles pueda
transportar ojivas nucleares.
Por
ello, EE.UU. se toma muy en serio la amenaza. Según funcionarios del Pentágono
citados por el diario The Wall Street Journal, el USS McCain fue desplegado en
la costa suroeste de Corea del Sur. Se trata de un destructor capaz de asistir
en la intercepción de misiles de mediano y largo alcance.
Por
otra parte, según la cadena CNN, EE.UU. también inició el desplazamiento a la
zona de la plataforma naval SBX-1, que cuenta con un radar en su parte superior,
para vigilar posibles movimientos militares norcoreanos.
El
sábado, Corea de Norte anunció que había entrado en "estado de guerra" con Corea
del Sur.
Ante
el anuncio, la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, respondió con la
promesa de una contundente respuesta militar, en caso de una provocación de sus
vecinos del Norte.
El
ministro de defensa surcoreano señaló que Seúl podría llevar a cabo ataques
preventivos contra las instalaciones nucleares y de misiles de Pyongyang, en el
caso de que las hostilidades lleguen a mayores.