Por FREDDY AVILA
No hay que ser experto en política para entender que el manejo autoritario y antidemocrático que le da Miguel Vargas al Partido Revolucionario Dominicano sólo conduce a su debilitamiento institucional, a la apatía de la dirigencia, a la reducción de su base de apoyo social y en el último de los casos a la división del histórico PRD.
Escondiéndose en la aplicación de una supuesta disciplina se pretende llevar al partido, parodiando a Horacio Vásquez, a tener que escoger entre Miguel Vargas o que entre el mar.