viernes, 26 de abril de 2013

Carta del presidente Hipólito Mejía al director del diario El Caribe‏

Carta del presidente Hipólito Mejía al director del diario El Caribe‏

 
Ex Presidente de la República Dominicana
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Santo Domingo, D.N.
25 de abril2013
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Señor
Director del diario El Caribe
Ciudad.
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Señor Director:
 
Al leer esta mañana el periódico bajo su dirección confirmé la animadversión que existe en ese órgano contra mi persona, esa fue la razón que me impulsó a someterlo a la acción de la justicia, como responsable de la publicación difamatoria contra la declaración imprudente y mentirosa del senador Wilton Guerrero, publicada por Usted con la mala fe y el encono que lo caracteriza.
El titular sensacionalista con que fue tratada la conversación que sostuve con mi viejo amigo y compueblano José Ramón (Monchi) Fadul, es propio de quienes tienen un interés marcado en dañar.
A lo largo de mi vida pública y en mi desempeño como empresario, he sido una persona (un hombre) que se caracteriza por la transparencia, por actuar con claridad en todas sus acciones.
Cuando recibí la llamada telefónica de mi amigo, el Ministro de Interior y Policía, quien me solicitó visitarme para conversar, le manifesté mi disposición de acudir a su oficina, como en efecto hice.
Dado que mucha gente, debido a lo agitado de la vida actual, solo lee los encabezados, la presentación de lo que es una legítima noticia con titular como el publicado: "Fadul llamó a Hipólito a su despacho por las protestas" es una clara insinuación dirigida a que se entienda como que el Ministro de Interior y Policía me llamó para interrogarme con relación a violaciones del orden.
Como hombre de ley que soy, ni acostumbro auspiciar ni mucho menos aliento protestas violentas, pero siempre estaré junto al pueblo en lo que es el reclamo pacífico y ordenado por la satisfacción de sus justas demandas de bienestar: Ese es un derecho irrenunciable que siempre ejerceré.
Señor Director: La práctica del periodismo no otorga una patente de corso para jugar con la honra de las personas ni mucho menos convierte al periodista en un juez inapelable.
Recuerde que los diarios dejan de recibir el favor del público, cuando se pierde la confianza en el tratamiento de las noticias y en la veracidad de las mismas.
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Hipólito Mejía Domínguez

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