SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El grupo Ciudadanos por la
Democracia (CPD) llamó someter a la justicia, por corrupción, al ex
presidente Leonel Fernández, al senador Félix Bautista, a Víctor Díaz
Rúa, ex ministro de Obras Públicas, y a Diandino Peña, director de la
Oficina Presidencial Para el Reordenamiento del Transporte Terrestre
(OPRET).
En un documento que será entregado a los medios de comunicación este
domingo, 9 de septiembre, a la 10 de la mañana, en una rueda de prensa
que se llevará a cabo en el Restaurante Vizcaya, de la avenida San
Martín esquina Doctor Delgado, CPD expone que la corrupción del pasado
gobierno no debe quedar impune.
Argumenta que es necesario ejecutar acciones para que los principales
funcionarios señalados como corruptos del gobierno de Leonel Fernández
no queden cubiertos por la impunidad que pretende imponer el actual
gobierno.
Cita los casos de Félix Bautista, Díaz Rúa, Diandino Peña y el ex
presidente Leonel Fernández, y “otros funcionarios confirmados en sus
puestos por la actual administración”, a los cuales no identifica.
“Que se recuperen las grandes fortunas de robadas a los dineros del
pueblo para ser utilizadas en la ejecución de las principales demandas
que espera nuestra sociedad desde hace mucho tiempo”, expresa el
documento.
El movimiento político sostiene que el presidente Danilo Medina se
encuentra atrapado en las redes de un poder que le impide tocar la
corrupción y a los corruptos del gobierno de Leonel Fernández.
“La escandalosa confirmación de funcionarios señalados por el mismo
Presidente Medina durante su campaña como los causantes de aquellas
situaciones que debían de ser corregidas, como es el caso de Morales
Troncoso, quien ha convertido la diplomacia dominicana en un mercado
para la clientela reformista demuestra la imposibilidad del Presidente
de la República de cumplir algunas de sus mas elementales promesas de
campaña”, advierte
Afirma que la entrega del gabinete social a la “poderosa
vicepresidenta”, y la atadura que significa el control que ejercer
Leonel Fernández sobre las principales instituciones del Estado, y el
carácter del PLD como una corporación económica, donde el sistema de
lealtades se garantiza en el reparto de la corrupción y la impunidad
generalizada para los corruptos del partido oficial, “son cadenas
pesadas , claves necesarias para entender la orientación y el devenir
del nuevo gobierno, que solo traerá más de lo mismo”.
Por otro lado, el movimiento Ciudadanos por la Democracia considera
inaplazable la integración de un frente opositor fuerte, en el que
proponen que participen los partidos que buscan una alternativa
política, como Alianza País, que lidera Guillermo Moreno; Dominicanos
por el Cambio, que lidera Eduardo Estrella, el Frente Amplio, entre
otros.
A continuación el documento de Ciudadanos por la Democracia:
Por una oposición democrática: no más de lo mismo
Los primeros pronunciamientos y decisiones del Presidente Danilo Medina,
dan cuenta de una falta de identidad y personalidad propia en el nuevo
gobierno.
De manera anticipada se muestran las fuertes ataduras al sistema de
dominación instaurado por Leonel Fernández, imponiéndose la continuidad,
dejando pocos márgenes de posibilidad para un cambio en la orientación
de las principales políticas públicas.
El Presidente Danilo Medina, se encuentra atrapado en las redes de un
poder transversal, que pasa por la imposibilidad de tocar la corrupción y
los corruptos del gobierno anterior. La escandalosa confirmación de
funcionarios señalados por el mismo Presidente Medina durante su campaña
como los causantes de aquellas situaciones que debían de ser
corregidas, como es el caso de Morales Troncoso, quien ha convertido la
diplomacia dominicana en un mercado para la clientela reformista
demuestra la imposibilidad del Presidente de la República de cumplir
algunas de sus mas elementales promesas de campaña.
Asimismo, la entrega del gabinete social a la poderosa vicepresidenta,
la atadura que significa el control que ejerce Leonel Fernández sobre
las principales instituciones del Estado, y el carácter del PLD como una
corporación económica, donde el sistema de lealtades se garantiza en el
reparto de la corrupción y la impunidad generalizada para los
corruptos del partido oficial , son cadenas pesadas , claves necesarias
para entender la orientación y el devenir del nuevo gobierno, que solo
traerá más de lo mismo.
Esta realidad implica fuertes riesgos para la democracia dominicana, al
reducirse considerablemente la posibilidad de alternancia política en el
gobierno, con la seria amenaza de la instauración de un régimen con
una altísima con concentración de poderes, con la posibilidad de
implementar una continuidad imperial en el poder.
Por lo cual, si queremos preservar el Estado de derecho y la democracia,
debemos entender que necesariamente hay que pasar por la recomposición
de la oposición, lo que implica asumir un nuevo sentido del importante
papel que esta debe asumir en la presente coyuntura. Proponiendo la
modificación de las actuales reglas del juego político y los marcos
institucionales centralizadores y autoritarios productos de la
Constitución de enero de 2010.
Todo sistema democrático está definido por las garantías con que cuenta
la oposición para desarrollarse. La democracia es un sistema de mayorías
cambiantes, no la imposición de una tiranía de la mayoría como lo ha
hecho en distintos momentos la corporación PLD.
El mayor peligro para la democracia es un gobierno sin límites. De modo
que en la presente coyuntura resulta imperioso plantearse la superación
de la fragmentación y la inercia de la oposición política y el
movimiento social a través de un programa de acciones con capacidad de
conformar un fuerte muro de contención a la continuidad y la desmesura
del poder que ha impuesto y pretende seguir imponiendo Leonel Fernández,
Danilo Medina y la corporación PLD.
En este contexto entendemos que el Partido Revolucionario Dominicano
(PRD) y el resto de la oposición política, no deben dilapidar su enorme
potencial electoral, el conjunto de la oposición representa el 49% del
electorado no obstante las sabidas trabas puestas por el PLD a través
del uso del aparto gubernamental en las pasadas elecciones, enredándose
en crisis interna a la que debe de dar corte inmediato por medio de sus
mecanismos institucionales en el caso del PRD o de diferencias
insalvables, que solo conducen a la inercia y el aislamiento, en el
caso de las demás fuerzas opositoras que solo conducen a alejarnos del
movimiento social..
Nadie puede tener dudas de que Miguel Vargas Maldonado es un instrumento
al servicio de la corporación PLD, al haber jugado un papel importante
en el robo de las elecciones pasadas, y actualmente sigue jugándolo
para consolidar la continuidad y consolidación de un poder al servicio
de Leonel Fernández, Danilo Medina y la corporación PLD, donde la
división del PRD, es un elemento fundamental para esa estrategia de un
poder sin límites.
ELPRD cambio el mapa político en las pasadas elecciones, borrando de
nuestra geografía el color morado en 28 provincias, logro ganarse la
confianza de la juventud, de los intelectuales, de las capas medias y
reafirmarse como el gran partido popular de la sociedad dominicana en
las pasadas elecciones, por lo que debe entender el papel que
necesariamente debe jugar en la recomposición de la oposición política.
Por lo que en estos momentos se impone su renovación, para dejar de lado
de manera definitiva las posiciones conservadoras y para vincularse de
manera positiva con un amplio sector de la sociedad que en las
elecciones expreso su apoyo a esa colectividad, como forma de impedir el
continuismo de la corporación PLD.
Es necesario resaltar que para la conformación de esta oposición
democrática es necesario el concurso de Guillermo Moreno y Alianza
País, quienes con una fuerte voluntad política lograron romper las
barreras de la desigualdad electoral, y que para potenciar su
desarrollo político en la presente coyuntura, es conveniente su
cooperación en este conglomerado opositor y no únicamente a sus
propias posibilidades.
Asimismo, el Frente Amplio, Dominicanos por el Cambio y Alianza por la
Democracia, cuentan con la posibilidad de desarrollar una capacidad de
propuesta y acciones en la consolidación de una nueva oposición política
dentro de un concierto más amplio con la participación de otras
organizaciones políticas importantes y sectores del movimiento social.
A pesar de la evidente conformación de una panorama diverso y
fragmentado en la oposición política y el movimiento social, existen
condiciones para consolidar un eje de fuertes identidades, sobre la
necesidad de regenerar la democracia dominicana, desmontando el
autoritarismo y la centralización del poder impuesto por la Constitución
del 2010 por Leonel Fernández, creando nuevos marcos institucionales
sobre la base de un poder popular constituyente, que permita el
desarrollo de la oposición democrática con garantías reales de equidad
electoral y la conquista de las principales demandas de la mayoría de la
población, así como enfrentar los grandes desafíos que se abren en este
momento producto de la irresponsable conducción de los asuntos públicos
por parte de los gobiernos del PLD, para consolidar el verdadero
cambio que anhela la sociedad dominicana.
Ciudadanos
y Ciudadanas por la Democracia, entiende que se impone la superación
de las barreras de la fragmentación que ha caracterizado a las
principales fuerzas políticas y al movimiento social en aras de
consolidar una fuerte oposición como única garantía de la supervivencia
del Estado de derecho, la equidad electoral y la democracia, por lo que
proponemos una gran concertación democrática, donde el PRD sea una
fuerza importante conjuntamente con Alianza País, Dominicanos por el
Cambio, el Frente Amplio, Alianza por la Democracia, la Coalición de
grupos y movimientos sociales, personalidades , grupos religiosos y de
la sociedad civil para enfrentar la continuidad de la corporación PLD,
sobre la base de un programa mínimo de acciones, el cual comprende los
puntos siguientes:
Coordinar un gran frente para evitar que la reforma fiscal que se
propone implementar el gobierno de Danilo Medina no perjudique a las
grandes mayorías, y los costos sean responsabilidad de sus principales
causantes, quienes han utilizado el dinero público para enriquecerse y
financiar campañas electorales, y de igual manera garantizar que
cualquier sacrificio que le sea exigido a la sociedad dominicana, venga
con las garantías institucionales de que nunca más en nuestra historia
el presupuesto de la nación será utilizado para la consecución de un
proyecto político particular.
Ejecutar acciones para que los principales funcionarios señalados como
corruptos del gobierno de Leonel Fernández (Félix Bautista, Díaz Rúa,
Diandino Peña, y el propio Leonel Fernández, así como otros funcionarios
confirmados en sus puestos por la actual administración) no queden
cubiertos por la impunidad que pretende imponer el actual gobierno, solo
llevando a la cárcel funcionarios de poca relevancia, y que se
recuperen las grandes fortunas de robadas a los dineros del pueblo para
ser utilizadas en la ejecución de las principales demandas que espera
nuestra sociedad desde hace mucho tiempo.
Ejercer una amplia labor de monitoreo político y social para los
recursos que se deben destinar al 4% de la educación no dependan de la
ejecución de una reforma fiscal, sino que sean establecidos en el
presupuesto de la nación.
Desarrollar un amplio movimiento para a través de la iniciativa popular
se logre una reforma de la actual Constitución, para establecer un
verdadero poder constituyente, que desmonte el poder transversal que ha
creado Leonel Fernández y la corporación PLD, con un nuevo diseño
institucional para las altas cortes, la Junta Central Electoral, la
Cámara de Cuentas, la ley de partidos políticos y un nuevo sistema de
garantías para la equidad electoral, sin el cual no es posible el
desarrollo de una oposición democrática con la desmesura y la
continuidad de la forma de dominación que nos pretende imponer la
corporación PLD.
Consolidación de un amplio movimiento en defensa del medio ambiente,
para concertar acciones concretas contra las apetencias de explotaciones
irracionales de los recursos naturales de la Republica, a fin de que
dicha explotación sea un elemento de ayuda al desarrollo de las
comunidades donde se realicen y que no pongan en riesgo los recursos
acuíferos y forestales esenciales para las presentes y futuras
generaciones.
Solo una fuerte oposición democrática puede detener la continuidad de más de lo mismo.
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