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JUAN BOLÍVAR DÍAZ
Periodista
Sobre mí
Periodista profesional con más de cuarenta años de ejercicio en
periódicos, revistas, radio y televisión. Fue fundador y director del
semanario Firme. Director del diario El Sol y fundador y primer director
de El Nuevo Diario. Es director de noticias de Teleantillas y analista y
articulista del diario Hoy.
Expertos en publicidad consideraron muy largo el eslogan de Danilo
Medina en la campaña electoral de “continuar lo que está bien, corregir
lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho”. El tercer objetivo es
el que se ha pegado de forma contundente y perseguirá al gobernante a
lo largo de su período de gestión, porque cada día es mayor el reclamo
para que haga “lo que nunca se ha hecho”.
Sabemos lo difícil que resultan los cambios en nuestro país, donde se
aprueban reformas al por mayor, con una Constitución y leyes redundantes
fruto de múltiples concertaciones y pactos, pero que no se logra darle
vigencia en gran medida. La circulación vehicular en calles y carreteras
es un buen espejo donde se refleja nuestra terrible anomia social.
Danilo Medina proclamó esta semana que no quiere gente pobre viviendo en
jaula de oro, ratificando el planteamiento de su discurso de
juramentación donde
prometió implementar políticas para la promoción de los seres humanos,
con modestia, sin sueños de grandeza. Creo que son muchas las ciudadanas
y ciudadanos que quieren aferrarse a la idea de que Danilo puede hacer
lo que nunca se ha hecho, es decir gobernar para la gente, no para la
autoglorificación en cemento.
Este país ha tenido grandes constructores desde Ovando a Trujillo,
Balaguer y Leonel, y en verdad puede exhibir una gran urbanización y
está sobre el promedio latinoamericano en infraestructuras como puentes y
carreteras y ya tiene casi dos líneas de un tren subterráneo. Santo
Domingo y Santiago son ciudades modernas por sus edificaciones, e
infraestructura víal, de parques y monumentos.
Pero Dominicana sigue siendo una sociedad atrasada con rasgos caóticos,
incapacitada para competir en la postmodernidad globalizada, con 41 por
ciento en la pobreza e indigencia y otra proporción similar en la
cuasi-pobreza al tener ingresos por debajo de los 20 mil pesos
mensuales. La falta de oportunidades empujó a millón y medio de los
dominicanos y dominicanas a buscársela por el dmundo. Con el agravante
de que se marcharon muchos de los que tenían más firme decisión de
progresar. Por eso tantos son emprendedores exitosos en una veintena de
países.
Porque nos concentramos demasiado en la modernidad material, es que
quedamos tan atrasados en capacidades, en educación fundamental y para
la innovación y la productividad. Por eso los graves déficits
competitivos, en comercio exterior, y liderazgos en malversación,
corrupción, falta de transparencia, pobreza educativa, en mortalidad
materno-infantil, en embarazos de adolescentes y hasta en la
persistencia de nuestros beisbolistas en pretender burlar las normas de
competencia.
Necesitamos un gobernante que no reproduzca el interés de perpetuarse
en monumentos de piedras, que siembre en el alma de la sociedad y de la
ciudadanía, aunque los frutos no sean de visibilidad inmediata para
reproducirse por múltiples períodos en el poder, como todos los
sembradores de cemento.
El desafío es muy grande porque es posible que quien haga lo que nunca
se ha hecho hasta sea en principio subestimado, y a lo mejor ni siquiera
pueda volver, pero la historia lo reivindicará. Claro que la ausencia
de megas-obras puede y debe compensarse invirtiendo en millares de
escuelas y centros de salud, en decenas de miles de viviendas para
pobres en vez de apartamentos de lujo, atendiendo los innumerables
reclamos de las pequeñas y medianas comunidades.
La mejoría en educación, la austeridad, la reducción de la malversación y
la corrupción, permitirá a la vez elevar los salarios de maestros y
policías, médicos y enfermeras, lo que redundará en mayor seguridad y
calidad de vida.
Danilo encuentra un amarre constitucional, institucional y partidario
que le impedirá aspirar a una reelección. Si parte de esa realidad y
hace lo que nunca se ha hecho, trascenderá y podrá regresar en unos
años. Será intrascendente si en circunstancias fiscales y económicas tan
adversas intenta reproducir lo que siempre se ha hecho.-
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