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| Emmanuel Esquea Guerrero |
Señor director:
En
la crisis del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, hay un nombre que
debemos mencionar no para hablar de crisis y de problemas, sino para
hablar de soluciones, es el del doctor Emmanuel Esquea Guerrero. Este
político es digno de que todos nos inclinemos reverentemente a su manera
de proceder en el quehacer que desempeña.
Su testimonio de vida habla por sí solo. El doctor Esquea es una persona que no tiene miedo a manifestar las cosas tal y como las siente. Por eso, me extraña un poco su silencio en los días que han transcurrido después de la toma de posesión de Danilo Medina.
Hay una crisis en el Partido Revolucionario Dominicano, la que puede ser superada, pero hay que tomar en cuenta que en el Partido de la Liberación Dominicana hay borrachera con la victoria. El país inaugura un nuevo gobierno del PLD que ha despertado expectativas como hace tiempo no había despertado ningún gobierno, excepto, quizás, el de Salvador Jorge Blanco.
En el PRD está pesando la historia. Hay que recordar que, en los procesos de convención de la última década, el único en el cual no hubo problemas fue el que transcurrió con Emmanuel Esquea como presidente de la organización. Él organizó la XVII Convención Nacional y sus organismos funcionaron casi a la perfección.
En el año 2004 el candidato presidencial tuvo problemas con el presidente del partido; en el 2008 el aspirante presidencial se quejó de la desidia del presidente del partido, y ahora Miguel Vargas trabajó para el enemigo. Miguel Vargas y Ramón Alburquerque no han hecho la mejor colaboración a la unidad del PRD.
En cambio, los perredeístas recuerdan en 1997 que el doctor Emmanuel Esquea Guerrero se dedicó en cuerpo y alma a vencer la resistencia cuando el gobierno de Leonel Fernández se oponía a que la JCE suministrase los fondos económicos a los partidos.
Bajo la presidencia del doctor Esquea que en el año 1998, 10 diputados del PRD fueron expulsados, acusados por los organismos de alta traición, al oponerse a una decisión del partido. Eso es imponer la disciplina, no lo que dice ahora Miguel Vargas.
Hay que decir que es Enmanuel Esquea la carta a jugar. Que se ponga las pilas.
Su testimonio de vida habla por sí solo. El doctor Esquea es una persona que no tiene miedo a manifestar las cosas tal y como las siente. Por eso, me extraña un poco su silencio en los días que han transcurrido después de la toma de posesión de Danilo Medina.
Hay una crisis en el Partido Revolucionario Dominicano, la que puede ser superada, pero hay que tomar en cuenta que en el Partido de la Liberación Dominicana hay borrachera con la victoria. El país inaugura un nuevo gobierno del PLD que ha despertado expectativas como hace tiempo no había despertado ningún gobierno, excepto, quizás, el de Salvador Jorge Blanco.
En el PRD está pesando la historia. Hay que recordar que, en los procesos de convención de la última década, el único en el cual no hubo problemas fue el que transcurrió con Emmanuel Esquea como presidente de la organización. Él organizó la XVII Convención Nacional y sus organismos funcionaron casi a la perfección.
En el año 2004 el candidato presidencial tuvo problemas con el presidente del partido; en el 2008 el aspirante presidencial se quejó de la desidia del presidente del partido, y ahora Miguel Vargas trabajó para el enemigo. Miguel Vargas y Ramón Alburquerque no han hecho la mejor colaboración a la unidad del PRD.
En cambio, los perredeístas recuerdan en 1997 que el doctor Emmanuel Esquea Guerrero se dedicó en cuerpo y alma a vencer la resistencia cuando el gobierno de Leonel Fernández se oponía a que la JCE suministrase los fondos económicos a los partidos.
Bajo la presidencia del doctor Esquea que en el año 1998, 10 diputados del PRD fueron expulsados, acusados por los organismos de alta traición, al oponerse a una decisión del partido. Eso es imponer la disciplina, no lo que dice ahora Miguel Vargas.
Hay que decir que es Enmanuel Esquea la carta a jugar. Que se ponga las pilas.
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