martes, 18 de diciembre de 2007

Lo dice el ingeniero Catrain





Catrain advierte hubo mal manejo desfogue presa Tavera

El mal manejo con el tardío y excesivo desfogue de la presa Tavera fue lo que ocasionó la tragedia en Santiago, considera el ingeniero Francisco Catrain, quien acumula experiencia en torno a la presa Tavera desde que en 1972 fue llamado por una empresa alemana para contribuir a la construcción de la central hidroeléctrica que se alimenta de las aguas almacenadas en ese embalse. De aquel tiempo recuerda que en una ocasión en que se quiso comprobar el sistema de vertido de la presa, dos de las seis compuertas se abrieron apenas 50 centímetros, y la potencia del agua que salió levantó las losas de las compuertas a casi 50 metros de altura.“Desde aquel momento me percaté que había que tener cuidado con el desfogue de Tavera, una presa que se encuentra a apenas entre diez o doce kilómetros de Santiago”, afirmó en entrevista con DominicanosHoy.com.Catrain considera que el desfogue de la presa tenía que haber ocurrido al menos 72 horas antes de cuando se adoptó la fatídica decisión. “No es lo mismo abrir las compuertas y sacar un volumen de mil metros cúbicos por segundo en 72 horas, que sacarlo en una hora, porque el empuje de las aguas es una cosa extraordinaria”.A ese mal manejo se suma la carencia de instrumentos adecuados en la presa Tavera para la medición de la intensidad de los fenómenos atmosféricos, como lluvia o los vientos.“Eso existía cuando se construyó el embalse, pero al paso de los años, nunca se le hizo mantenimiento ni un proceso de regeneración a los equipos, por eso ahora ya no existen”, puntualizó.Frente al paso de Olga, sin energía eléctrica, las compuertas tuvieron que abrirse manualmente, porque la presa tampoco cuenta con una planta de emergencia para tales maniobras en circunstancias extremas. Otra posible razón para la catástrofe podría ser entonces el levantamiento abrupto de las compuertas.Según la ficha técnica de la presa de Tavera que aparece en la página web del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), este embalse tiene un área de 6.20 kilómetros cuadrados, mientras que el área de su cuenca hidrográfica es de 785 kilómetros cuadrados.Tavera cuenta con 6 compuertas para verter, que tienen una capacidad de vertimiento de mil metros cúbicos por segundo. El nivel máximo de operación de la presa es de 327.50 metros sobre el nivel del mar y el mínimo es de 295 metros sobre el nivel del mar.Sin embargo, de acuerdo con el ingeniero Catrain, existe un nivel de peligro, que es cuando el nivel de las aguas alcanza los 331 metros sobre el nivel del mar. “Estamos hablando de un embalse que tiene kilómetros cuadrados de extensión, y cuando se habla de un metro, se trata de toda la extensión del embalse. Por eso es que el que no tiene conocimiento de eso no puede figurarse la cantidad de agua que se acumula”, precisa el experto, al tiempo que reflexiona: “Cuando vino la tormenta Olga ellos desfogaron la presa, que se había llenado, pero no se habían dado cuenta de la magnitud del fenómeno meteorológico”.En su criterio, cuando el fin de semana antes llegó el aviso desde Puerto Rico de que las lluvias venían con fuerte intensidad, “ése era el momento para haber desaguado la presa. Entonces, el martes por la noche, que fue cuando el fenómeno golpeó con mayor fuerza, ya hubiera estado a un nivel que hubiera podido absorber esa cantidad de agua que le entró al embalse”.El experto ingeniero destaca que no hay “no hay ninguna excusa para lo ocurrido, y lo más lamentable es que parece que nadie, ni del gobierno, ni de la oposición se ha leído el manual de operaciones de la presa, donde se dice muy claro los pasos que se tienen que observar para desfogar la presa en caso de un fenómeno de esta naturaleza”.En el centro de todo este desastre, afirma Francisco Catrain, está el clientelismo y el transfuguismo político, que en esencia fue lo que provocó que un “tránsfuga” como Héctor Rodríguez Pimentel haya sido nombrado en puestos tan sensibles como la dirección del INDRHI.“Qué se puede esperar de un hombre que vendió casi 45 mil visas en un solo mes de su desempeño como cónsul dominicano en Haití, donde fue designado por el presidente Hipólito Mejía. Yo nunca hubiera quitado a Frank Rodríguez de la dirección del INDRHI, una posición que ha ocupado en tres ocasiones, en tres gobiernos diferentes” señaló.En su opinión, sobre el manejo de la presa frente al paso de Olga, “quizás las únicas opiniones que probablemente sirvan para algo y no están comprometidas políticamente sean las del geólogo Osiris de León y el experto ambientalista Luis Carvajal”.Por eso critica todas las conjeturas, hipótesis y justificaciones emitidas, tanto por el gobierno como por la oposición. “En esto hay opiniones de alabarderos y de politiqueros. Los funcionarios del gobierno estaban festejando la cantidad de dinero que les entró con motivo de la tormenta Noel y ellos no se percataron de que en tan corto tiempo podría repetirse otro fenómeno similar a Noel”, indicó.Asimismo, Catrain tilda de politiquería la designación de una comisión, que será –según afirma- “una más de los millones de comisiones que ha habido en el país”, porque entiende que la magnitud del daño ocasionado por el vertido de Tavera no se podrá cuantificar “en tres días”.“Siempre que pasa algún suceso, aquí se nombran comisiones, pero comisiones para que nunca llegan a nada. En 90 días no habremos llegado a nada, con la resaca de la Navidad, en plena campaña política y todo caerá en el saco del olvido”, se lamenta.

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