sábado, 1 de marzo de 2014

Para Miguel Guerrero: ¿Habrá llegado la hora de los hornos?

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En ese juego que la democracia manda, la prudencia es aconsejable, entonces todo puede ser el azar, la mala suerte, el libro de la Sibila, los números al revés.
Pero cuando la mente aguzada busca la memoria del dolor y el pasado oscuro asoma sus fauces, la suspicacia es un territorio libre, nadie puede controlarlo.

¿Será la hora de los hornos?...

Coincidencias letales, aparatosidad en los desenlaces, el carácter "milagroso" del afecto de sobrevivir, ayuda bastante a que las coincidencias cotidianas del azar azaroso, hacen que el capítulo de cosas de la vida se active.

En el mítico páramo de las especulaciones del tiempo, en las mentalidades donde lo sacro y el misterio de la vida es un binomio, las explicaciones de un "accidente" quedan como accidente y hasta gracias se da por sobrevivir.

Las mentes individuales nadie puede gobernarlas como en las películas de ciencia-ficción, donde los experimentos humanos de control conductual, nos muestran legiones de robot que piensan los mismo.

¿Será la hora de los hornos ?...

Para mí, hay demasiadas coincidencias entre accidentes y posiciones públicas, entre visiones personales de la realidad nuestra y el sino trágico que elige a quienes sus ideas son diferentes de modo persistentes, ese derecho de reflexión individual, nadie me lo puede quitar, tengo secuelas emocionales muy viejas sobre estos temas.

Tampoco quiero cometer la imprudencia de ser solidario con el amigo y de paso inventar historias que no son, me gustaría de corazón no tener que escribir lo que ahora escribo, me gustaría de corazón que todo accidente no sea un "accidente ", pero los jalones de la memoria me llevan a la famosa frase de uno de los verdugos de Orlando Martínez: "no queríamos matarle, la orden era darle un susto…".

Eso ha sucedido aquí, en esta tierra caliente de Marcio Veloz Maggiolo, en este silente volcán que en la complejidad de un silencio sospechoso teje sorpresas futuras...

¿Qué habría que hacer? Pues lo común, visitar al convaleciente, desearle pronta recuperación y de paso, cuando algo se sospecha, recomendarle que modere su pluma, por si mas moscas traviesas se lo molestan o se irritan.

¿Qué habría que hacer? Pues lo normal, desearte pronta recuperación, usar un lenguaje críptico para que sus ideas amainen como las grandes lloviznas sutiles de este trópico cambiante y brutal.

Para los que quieran mirar al cielo y evadir estos nuevos tizones, habrá que recordarles, que estamos en la hora de los hornos, que la misma tiene sutilezas lejos de toda paranoia individual o personal y que estos "accidentes" no están lejos de la libertad de expresión y la determinación de los pensamientos que se expresan libres, como acto de conciencia ciudadana.
¿Investigarán? ¿Eso es posible? ¿Puede ser confiable? ¿Será bello el informe final?...

Cuando una Democracia es un teatro de operaciones entre apariencia, percepciones cotos, visiones de poder no consensuadas, todo puede suceder y pasar por "accidente"...

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