El cargamento de cocaína que se confiscó a la red de Quirino Ernesto Paulino Castillo, el 18 de diciembre del 2004, tenía un peso de 1,387 kilos.
Hasta ese momento, el cargamento confiscado a Paulino Castillo se consideraba el más grande en el territorio dominicano. Sobre Figueroa Agosto y su red no se han dado cifras oficiales sobre la cantidad de drogas que traficó desde la República Dominicana. No obstane, ambos suelen ser presentados como los dos capos de las drogas más poderosos que han operado en el país.
Sin embargo un caso de un cargamento más grande ha quedado en el más abolusto misterio, sin ninguna persona investigada ni señalada, sin ningún preso ni acusado dentro y fuera del territorio dominicano.
Se trata de los más 2 mil 250 kilos de cocaína confiscados en un contenedor de un barco que atracó en el Puerto Multimodal Caucedo el 18 de septiembre de 2006.
El cargamento del barco fue descubierto porque el gobierno de Venezuela alertó a las autoridades dominicanas, pero nunca hubo un apresado ni un acusado en el país, ni se supo quién era la persona responsable de retirar el cargamento dentro o fuera del territorio dominicano.
La información divulgada entonces por los medios de comunicación detallaba que la Dirección General de Aduanas y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) se incautaron de “más” de 2,250 kilos de cocaína pura, “el más grande alijo decomisado en la historia del país”.
La DNCD explicaba que el cargamento llegó en un buque que salió de Puerto Cabello, Venezuela, que haría escala en Puerto Rico y en República Dominicana, con destino final en Bélgica (Europa).
La versión de la DNCD explicaba que la cocaína fue decomisada en el Puerto Multimodal Caucedo en colaboración con agentes de la Dirección General de Aduanas (DGA), del servicio de inteligencia de la terminal portuaria y de las autoridades venezolanas.
El entonces presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), mayor general Rafael Ramírez Ferreira, explicó a los medios de comunicación a través del portavoz de la entidad en esos momentos, Roberto Lebrón:
“Recibimos la información de que esa operación estaba en marcha y de inmediato se procedió, junto con Aduanas, a realizar la inspección de lugar, detectándose ese cargamento de cocaína”.
“Nuestros oficiales se mantuvieron atentos hasta lograr el decomiso de la droga, contando, además, con valiosos datos ofrecidos por autoridades venezolanas”. “Este es un golpe muy significativo, el más grande que se recuerde, lo que significa que es una señal de que estamos atentos para evitar que el crimen organizado utilice el país como trampolín para llevar drogas a otros puntos”.
“Las investigaciones son ampliadas para determinar si el dueño o los dueños de la cuantiosa carga de la droga tiene contactos en el país. Las investigaciones siguen hasta identificar al propietario de esta droga”, concluyó el entonces presidente de la DNCD.
Pero todo quedó en el olvido.
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