martes, 12 de marzo de 2013

La historia del agua en la ciudad de Santo Domingo es un Madrigal


 
 

Por: Teódulo Antonio Mercedes*
En la última alocución del Presidente de la república, el licenciado Danilo Medina, frente a la aguda escacés del agua potable que azota la nación dominicana, y en especial a los ciudadanos de la más vieja capital del Nuevo Mundo, informaba lo siguiente: “El INDRHI tiene obras en ejecución para este año, por valor de más de 5 mil millones de pesos. Mientras que la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), ejecutará alrededor de mil quinientos millones más.
Sólo en los últimos seis meses, la corporación ha logrado incrementar el volumen de agua que diariamente recibe la población en 47 millones de galones, logrando beneficiar a casi 600 mil habitantes. En adición ha terminado 27 proyectos más, que han mejorado el servicio de agua potable para 1 millón 600 mil personas del Gran Santo Domingo.”
Pero en los barrios populares y los callejones de los mismos, se pueden observar como deambulan los niños y las amas de casas en búsqueda del necesitado liquido, contradiciendo con su acción, “las bonanzas” que subalternos desaprensivos le pusieron a pregonar al Presidente en su primera rendición de cuentas a la nación dominicana.
Pero dos días con anterioridad, el director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) aseguraba que para contrarrestar el desabasto del necesitado líquido se construirá una presa en el río Haina, en la comunidad Medina, San Cristóbal, la cual no afectará el medio ambiente, los recursos naturales ni a los residentes en el entorno del proyecto.
También el arquitecto Alejandro Montas garantizó que reubicarán en viviendas dignas, que construiría el Gobierno, a unas 270 familias que se proyecta desplazar, y que el embalse no afectará la infraestructura vial de la zona, porque que el proyecto fue rediseñado para que no afectara la autopista Duarte.
Luego de estas informaciones, la CAASD, en un comunicado, explicó que la presa operaría por gravedad, sin necesidad de utilizar energía eléctrica y que suministraría agua al Gran Santo Domingo. Afirmando que el proyecto aportaría unos seis metros cúbicos de agua potable por segundo, equivalente a 137 millones de galones por día, sobre base segura, con lo que garantizará el abasto del líquido a las mayorías de las comunidades durante 25 años,
La presa tendría 60 metros de alto, embalse de cerca de nueve kilómetros cuadrados con capacidad de almacenamiento de alrededor de 140 millones de metros cúbicos.
Con las informaciones suministradas, los especialistas de la materia se dieron cuenta que nuevamente se encontraban con el novedoso y moderno proyecto Madrigal, el cual fue desarrollado por el gobierno del doctor Salvador Jorge Blanco, en el año de 1980, y que las divergencias políticas lograron hacerlo fracasar luego del Banco Interamericano de Desarrollo haber erogado los fondos necesarios esa vez, la mitad de su valor actual.
Luego de haber transcurrido 33 años, es razonable que dicho proyecto se realicen con diversas modificaciones, por el desarrollo de algunos lugares del área de influenza y por la tecnología que se puede adquirir, tres décadas después de su enunciado.
Para que la historia no se repita y el pueblo lo evite con su conocimiento, el desarrollo histórico del proyecto es el siguiente:
Las divergencias internas del PRD y el torpedeo político que la oposición realizó al gobierno del Doctor Salvador Jorge Blanco, hicieron irrealizable la construcción de la presa de Madrigal, un proyecto que se volvió a discutir en el año 1998, 18 años después de haberse extinguido, pero ahora 12 años después retorna como el ave fénix intentando nuevamente solucionar el grave problema del abastecimiento del agua de la capital de la república.
El inicio de la exposición del proyecto técnico fue presentado el 18 de junio en el año 1980, por el director de la Corporación de Acueducto y Alcantarillados Michel Nicolás Nader y luego retomada por Manuel de Jesús Pérez Sánchez, en el año 1998.
La presa de Madrigal sería construida a 40 kilómetros al oeste de Santo Domingo, en Villa Altagracia, con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ascendentes a 150 millones de dólares y tenía planificado aportar ocho metros cúbicos de agua por segundo, y había otra variante que aumentaba el caudal a 12 metros cúbicos desde el cauce del río Haina.
Los tropezones comenzaron con los vaivenes que encontró el préstamo del BID, el cual fue firmado por Antonio Ortiz Mena, presidente del banco, el Secretario Técnico de la Presidencia, entonces el ingeniero Ramón Alburquerque y el director de la CAASD, ingeniero Miguel Octavio Vargas Maldonado, el 15 de marzo del año 1983, siendo rechazado por el Senado, el 7 de marzo del año 1984 y reintroducido al Congreso Nacional, una semana después, por el Poder Ejecutivo, por vía de la Cámara de Diputados y rechazado bajo los mismos alegatos, el 19 de junio del mismo año.
Estas decisiones produjeron que el Poder Ejecutivo le informara el banco prestatario de la obra, el 20 de diciembre del año 1984, que había desistido del préstamo por las negaciones del Congreso de aprobar el mismo.
La vida ha demostrado que no bastó la construcción Jiguey-Aguacate, para abastecer de agua potable la capital dominicana, complejo hídrico en el que se invirtieron millones de pesos y dólares, que la solución era la presa de Madrigal, la cual aportaría soluciones para la cuidad de Santo Domingo , hasta después del año 2000. El proyecto contemplaba la construcción de una planta potabilizadora, línea de conducción y mejoramiento de redes de distribución, elaboración de un plan de reforestación y manejo integral de cuencas, control de calidad del agua, saneamiento de la cuenca alta, lo cual incluía el tratamiento de los desechos líquidos de la provincia de Villa Altagracia, detección y corrección de fugas y reubicación de los afectados por el renvalse de la obra.
Así como su nombre lo indicaba, Madrigal, lo cual no es otra cosa que una composición musical para varias voces sin acompañamiento, los que entonaron con notas negativas en dicho concierto fueron, el licenciado Jacobo Magluta y el Partido de la Liberación Nacional (PLD), a través de sus 6 legisladores, siendo su vocero Norge Botello.
El doctor Joaquín Balaguer fue cauto en esa discusión, llegando a decir que el origen del proyecto debía de encontrarse en su gestión, porque en ella se realizaron los estudios principales, pero no accionó en consonancia con esa idea, permitiendo que el diario vivir de las mayorías de los capitaleños se convirtiera, con el paso del tiempo, en una ruina, la cual se ha intentado contrarrestar con miles de cisternas construidas por todas partes y tinacos ubicados en los lugares más elevados de las viviendas.
Así como el Madrigal fue la forma musical secular más importante de su tiempo, nuestro proyecto, para abastecer el sector de la capital y otras localidades cercana, continúa siendo lo más viable, en función de nuestra posibilidades, solo es de esperar que esta vez se construya la presa y con ella, que frente a los kilómetros cuadrados que quedaran inundados también se aproveche todo el oro del mismo, el cual fue evaluado por el Estado dominicano, por medio de la Rosario Dominicana, el cual ayudara, de manera significativa, a bajar el cuantioso costo de la colosal obra de ingeniería, en momento de grandes dificultades económicas.

No hay comentarios: