Según el faraón, el Presidente Hipólito Mejía tiene una ambición desmedida. Él solo tiene entrega y sacrificio por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
¿No es ambición desmedida haber seguido en la presidencia del PRD, luego de
perder y de haber firmado un documento donde se comprometía a renunciar a la
presidencia si perdía las elecciones?
¿No es una ambición desmedida pretender imponerse por las malas para reelegirse
como presidente del PRD y como candidato en el 16?
¿No es una ambición desmedida pretender seguir dirigiendo al PRD robándose
un año más en su mandato, pretender imponerse cuatro años más y
alzarse con la candidatura del 16 sin apoyo, luego del bochornoso
desempeño en el 2010, donde por primera vez el PRD no saca ni un solo senador?
¿Es una ambición desmedida pretender ahora abanderarse del antirreleccionismo
y culpar al presidente Mejía de la crisis actual del PRD, después de que
disfrutó de 4 años como ministro de Obras Públicas, con los grandes beneficios económicos
recibidos en las construcciones para los juegos Panamericanos y otros
contratos, al mismo tiempo de ser el encargado de finanzas en la campaña por la
reelección?
¿No es una ambición desmedida no haber apoyado al candidato del PRD en el
2012, cuando en el 2008 Hipólito Mejía sí lo apoyó en actos públicos?
¿No es una ambición desmedida rechazar públicamente la mediación de la Iglesia
Católica, como declaró en el programa Hoy Mismo de su socio César Medina?
¿No es una ambición desmedida colocar francotiradores en el techo de la
casa nacional del PRD para masacrar a mansalva a compañeros de partido?
¿No es una ambición desmedida cambiar unilateralmente el padrón de PRD para
colocar acólitos sin tradición de militancia partidaria?
¿No es ambición desmedida cambiar el tribunal disciplinario para colocar un
títere que sólo responde a sus intereses?
¿Si todos esos desafueros no obedecen a su ambición desmedida entonces qué
son?
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