Por Luis Orlando Díaz Vólquez
Crece el repudio en las masas del Partido
Revolucionario Dominicanos que han visto frustradas sus aspiraciones de llegar
al poder junto a su candidato en las pasadas elecciones, culpa de las acciones
traicionera del presidente de la organización, quien no conforme se pasea de
manera burlesca tratando de concitar apoyo en la militancia en comunidades
locales y del exterior, donde no ha conseguido más que repulsión de las
mayorías indignadas ante tal ignominia.
Lo más burdo es que hoy, el presidente del
PRD y sus conmilitones, en los que prevalecen
“non santas” intenciones sobre el liderazgo sano y la racionalidad, se enrolan en una nueva campaña
que busca dejar sin capacidad opositora, medradas sus bases a lo mínimo,
atomizadas y finalmente destruido al poderoso PRD, con, precisamente, los
agentes del Partido de la Liberación Dominicana con quienes se alió, bajo las
órdenes de Leonel Fernández, presidente de esa organización y su jefe político
e ideólogo de tal despropósito y opacidades contra la democracia, el PRD y el
pueblo dominicano.
Tirarse a las calles, encabezar las huestes
perredeístas, botar el pellejo por la consecución del poder en las pasadas
elecciones debió ser el rol que jugara Vargas, como le correspondía estatutaria
y éticamente, al ser este el presidente del PRD, candidato de esa organización
en el año 2008 y quiere serlo de nuevo para el 2016, por el partido al que ha
dedicado largos años de su vida, con propósitos ahora en duda, de si alguna vez
estuvo interesado en el socialismo democrático, en la propuesta ideológica y
programática que enarbola la organización, porque el baldón que pesa sobre su nombre no hay con
qué despejarlo y lo deja muy mal parado.
La indignación de los burlados perredeístas
transversa la estructura de la organización desde sus más altos estamentos
hasta el más humilde de los militantes. De ahí que figuras estelares vinculadas
a Vargas, primero trataron de convencerle de no transitar por el escambroso
camino. Al no lograrlo le abandonaron porque no iban a defenestrar el amor por
la gente, la democracia y sus años de lucha por los mejores intereses del PRD.
Es bajo esta premisa que Andrés Bautista, presidente en funciones del PRD,
Orlando Jorge Mera, Secretario General, Geanilda Vásquez, Secretaria de
Organización, Janet Camilo, Presidente de la Federación de Mujeres
Socialdemócrata, Fedomusde, entre otras, le abandonaron y abrazaron la causa
noble, la de cuidar el instrumento de la democracia, al PRD de la soberanía
nacional, de las conquistas de libertades individuales, de la justicia social y
la solidaridad.
Se replican, en cada comunidad donde visita
Vargas, las muestras de indignación, así lo vimos entre otras, en Puerto Plata,
donde militantes protestaron repudiando la presencia del presidente del partido
a esa provincia en el mes de agosto, lo propio en Madrid, en septiembre, y más reciente, esta semana, en Nueva
York, donde el paroxismo de los indignados hubo de ser capeado por la policía
local. Julín Mateo, quien fuera el coordinador de Vargas en la urbe
neoyorquina, ha sido justo quien encabezó la protesta de repudio de los
indignados en su contra allí, muestra que ni los suyos lo quieren.
Los medios recogen expresiones de Mateo que
versan, sin ambages, sobre el porqué los perredeístas no pueden permitir la
situación en que su ex líder ha metido al PRD.
“Estoy hablando en nombre de las bases de
este partido. Miguel no ha traicionado a Hipólito Mejía, a los dirigentes ni al
PRD, sino al pueblo dominicano y especialmente a las bases del partido”, señaló
Mateo.
“En Nueva York no cederemos en la lucha y
le exigimos a Miguel Vargas Maldonado que se celebre la convención en el 2013”,
terminó diciendo Mateo.
Para actuar con la altura de miras que
exigen las circunstancias, por la unidad de la familia perredeísta, Vargas
todavía está a tiempo de formular reparos a sus andanzas y al accionar de su
propio grupo. Para expiar culpas por dañar a su partido y por colaborar para
regalar el oro de Cotuí con un contrato leonino y lesivo al interés nacional a
favor de la minera Barrick Gold, el arrepentimiento y la humildad son valores a
los que acudir cuando se cae en la fosa.
Las grandes tareas e injusticias en la
sociedad dominicana aguardan por solución y la herramienta para lograrlo es un
PRD unido, fuerte y empoderado en buenas prácticas de gobernanza.
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