Apagones a raudales desde ayer al viernes
Hay un déficit de 500 megavatios, además de reparaciones
SANTO DOMINGO.- Un déficit de generación de casi 500 megavatios y la suspensión del servicio energético en diversos sectores de Santo Domingo, Azua y San Cristóbal, agravaron este sábado la crítica situación del sistema eléctrico nacional, provocando extensos apagones en diversos puntos de la capital y en el interior del país.
Apagones de hasta 16 horas siguen trastornando el desenvolvimiento de las actividades hogareñas, en el comercio, la industria, el tránsito y otros aspectos de la vida cotidiana de los dominicanos.
La Distribuidora de Electricidad del Sur (Edesur) anunció un programa de mantenimiento de redes, desde hoy hasta el día 23, que la obligará a suspender el servicio eléctrico a diversos sectores de Santo Domingo, Azua y San Cristóbal,
En el Distrito Nacional serán afectados los residenciales de Arroyo Hondo como Cuesta Hermosa, Perantuén, Arroyo Manzano, La Puya, Loma de Arroyo Hondo, Galindo I y II, Isabel Villas, Buena Vista, el Zoológico, Alto de Arroyo Hondo y Brisas del Norte.
También, la Zona Universitaria, las urbanizaciones el Vergel, La Esperilla, Villa Carmelo, el Condado, el Centro Médico UCE, Consulado de Estados Unidos y Embajada de España.
Además, La Feria, Piantini, Serrallés, barrio Holguín, los residenciales Doña Carmen, Mirador Sur y Norte, los Restauradores, de manera parcial, los Cacicazgos y Renacimiento.
Las quejas de la ciudadanía sobre los extensos apagones son constantes, inclusive, de los moradores de sectores residenciales de la capital y el interior del país que generalmente no sufren largas tantas de inerrupciones porque pagan con rugularidad la facturación del servicio.
“Anduve la ciudad entera y no pude encontrar una cerveza fría”, asegura Alcadio de la Rosa, haciendo referencia a la gravedad de la crisis energética.
Claudio Alcántara posee un pequeño taller de Herrería en Villa Mella y se queja de que los apagones no le permiten trabajar con regularidad.
“Estoy en quiebra, los apagones no me dejan trabajar. Tenía una pequeña planta eléctrica y se explotó por el constante uso”, afirma.
Alcántara se suma a la lista de pequeños empresarios que perdieron la fe en las promesas de las autoridades sobre el tema.
La desesperación
La población sigue esperando que las autoridades gubernamentales tomen las medidas necesarias para ofrecer un servicio de electricidad constante y a precios asequibles, mientras la desesperación invade a quienes no tienen alternativas para enfrentar la crisis.
Apagones de hasta 16 horas siguen trastornando el desenvolvimiento de las actividades hogareñas, en el comercio, la industria, el tránsito y otros aspectos de la vida cotidiana de los dominicanos.
La Distribuidora de Electricidad del Sur (Edesur) anunció un programa de mantenimiento de redes, desde hoy hasta el día 23, que la obligará a suspender el servicio eléctrico a diversos sectores de Santo Domingo, Azua y San Cristóbal,
En el Distrito Nacional serán afectados los residenciales de Arroyo Hondo como Cuesta Hermosa, Perantuén, Arroyo Manzano, La Puya, Loma de Arroyo Hondo, Galindo I y II, Isabel Villas, Buena Vista, el Zoológico, Alto de Arroyo Hondo y Brisas del Norte.
También, la Zona Universitaria, las urbanizaciones el Vergel, La Esperilla, Villa Carmelo, el Condado, el Centro Médico UCE, Consulado de Estados Unidos y Embajada de España.
Además, La Feria, Piantini, Serrallés, barrio Holguín, los residenciales Doña Carmen, Mirador Sur y Norte, los Restauradores, de manera parcial, los Cacicazgos y Renacimiento.
Las quejas de la ciudadanía sobre los extensos apagones son constantes, inclusive, de los moradores de sectores residenciales de la capital y el interior del país que generalmente no sufren largas tantas de inerrupciones porque pagan con rugularidad la facturación del servicio.
“Anduve la ciudad entera y no pude encontrar una cerveza fría”, asegura Alcadio de la Rosa, haciendo referencia a la gravedad de la crisis energética.
Claudio Alcántara posee un pequeño taller de Herrería en Villa Mella y se queja de que los apagones no le permiten trabajar con regularidad.
“Estoy en quiebra, los apagones no me dejan trabajar. Tenía una pequeña planta eléctrica y se explotó por el constante uso”, afirma.
Alcántara se suma a la lista de pequeños empresarios que perdieron la fe en las promesas de las autoridades sobre el tema.
La desesperación
La población sigue esperando que las autoridades gubernamentales tomen las medidas necesarias para ofrecer un servicio de electricidad constante y a precios asequibles, mientras la desesperación invade a quienes no tienen alternativas para enfrentar la crisis.
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