TEVERA: LO AFIRMAN ESPECIALISTAS

Afirman Tavera nunca estuvo en peligro

SANTO DOMINGO.- La Comisión de Santiago sobre la Tormenta Olga y la Presa de Tavera concluyó en su informe, que nunca hubo el peligro de un colapso de la obra y que el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos no debió asumir ninguna responsabilidad por lo ocurrido, debido a que esta cae sobre la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).
De acuerdo a los comisionados, la CDEEE mantiene una supremacía a la hora de tomar decisiones con relación al manejo de las presas del país, debido a que en la mayor parte de los casos da prioridad a la generación de energía eléctrica.
Opinaron que en el manejo de las presas debe haber un equilibrio entre generación, regadío y agua para consumo humano, pero que sobre todo debe estar la preservación de la vida humana.
La Comisión de Santiago se formó por la inquietud de un grupo de especialistas que estimaron que las informaciones que se ofrecían a la ciudadanía sobre esa tragedia no se correspondían con la realidad y con la experiencia acumulada en situaciones anteriores de mayor peligro.
Esa Comisión de Santiago fue integrada por 11 especialistas, de los cuales cinco participaron ayer como invitados al encuentro semanal de los medios de comunicación del Grupo Corripio.
Los participantes en la actividad fueron los ingenieros Rafael Corominas Pepín, ex secretario de Obras Públicas y fundador de la Sociedad Sismológica Dominicana; Osiris de León, especialista en Ingeniería Geológica y Minas y coordinador de la Comisión de Medio Ambiente de la Academia de Ciencias; Ervin Vargas, presidente de la Asociación Dominicana de Ingenieros Sanitarios y Ambientales, y Rolando Martínez, quien por tres años fue supervisor del sistema de presas en la Cordillera Central y el doctor Carlos Manuel Estrella, abogado y periodista.
De acuerdo con el informe, las causas reales y posibles de las inundaciones están vinculadas con la forma incorrecta en que se implementó el Instructivo de Operación de Emergencias del complejo Tavera-Bao-López Angostura, al no reducir el nivel de embalse tan pronto se formó la tormenta Olga.
Además de ello, indicaron que se desconoció el estudio de marzo de 2003 del consorcio Sogreah-Sercitec, de Francia, en el que se hizo énfasis en las amenazas a las presas construidas en la cuenca del Yaque del Norte.
Opinaron que tampoco se le hizo caso al Centro Nacional de Huracanes de Miami ni se ejecutó de manera correcta el procedimiento de apertura de compuertas.
El ingeniero Corominas Pepín opinó al evaluar la actitud oficial, que el primer propósito parece ser el de ocultar la responsabilidad del Gobierno, cuando debe ser lo contrario.
“Con un hecho así debieron decir quiénes fueron los responsables, dónde estuvo el error, y no ocultarle al país lo que todo el mundo sabe… por eso fue que salimos al frente de esta situación”, dijo.
La Comisión de Santiago determinó que fue un error humano en el manejo de la Presa de Tavera lo que provocó las inundaciones que dejaron pérdidas humanas y materiales en aquella zona.
Los técnicos también consideran que hubo un vertido extraordinario e innecesario de 5,000 metros cúbicos de agua por segundo, más del doble desaguado a propósito del azote del huracán David, en 1979, que fue de 2,267 metros cúbicos por segundo.
La Comisión de Santiago recomendó, para evitar situaciones similares, que sean revisados los instructivos de emergencias para cada una de las presas del país.
La Comisión de Santiago que analizó la manera en que fue desaguada la Presa de Tavera durante la tormenta Olga, consideró que debe evaluarse la seguridad sísmica de ese embalse para prevenir futuras desgracias.
En un documento preparado por los 11 técnicos de la comisión se plantea que aunque se ha analizado el riesgo de la cuenca del Yaque del Norte debido a las amenazas hidrometeorológicas, estas podrían ocurrir también por la alta amenaza sísmica imperante en su área de influencia.
Los técnicos también plantean de sumo interés la evaluación de todas las presas del país, por lo que piden la adecuada voluntad política de las autoridades.